Cuando las recibes malas es como si todo a tu alrededor parase, se crea un falso silencio y al momento te asaltan las dudas. También el miedo a como reaccionar, la desidia, la apatía y todo el séquito de actitudes perniciosas que te asaltan al bajar la guardia.
El cansancio me ha teñido los ojos esta semana y me siento como cuando estas despierto esperando a que suene la alarma para irte a trabajar, pero ahora el sudor es más frio
y la pena más profunda.
lunes, 16 de marzo de 2009
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